
M. Razin observó un joven quebrantahuesos al que un buitre leonado intentaba robar el hueso que estaba descarnando. “Irritado”, el quebrantahuesos levantó entonces el vuelo con su hueso y, al regresar a unos pocos metros de altura lo soltó justo en la vertical del buitre posado, el cual se sobresaltó cuando el hueso pasó ¡a unos pocos centímetros de su cabeza!