Alimentarse de huesos

En busca de alimento
El quebrantahuesos puede pasar gran parte del día (hasta el 80% de la actividad diurna) buscando alimento. Prospecta desde el aire en espera de descubrir algún indicio, ya sea directo (la carroña) o indirecto (aves indicadores como córvidos, milanos u otros buitres).
El quebrantahuesos tiene una carga alar (relación entre el peso y el tamaño de las alas) muy reducida, del orden de 5.6g/cm2, mientras que en el caso del buitre leonado es de 7.7g/cm2. Este hecho le permite volar en condiciones que los otros buitres no pueden hacerlo. Así pues puede salir muy pronto por la mañana sin necesidad de esperar a las grandes térmicas que lo eleven; entonces vuela bajo, bordeando las laderas y saltando de una a otra.
Para elevarse, al igual que sus hermanos buitres, remonta las térmicas en círculos y cuando ha alcanzado el punto óptimo se desliza hacia la dirección deseada hasta llegar a otra térmica que lo eleve, recorriendo así grandes distancias con un mínimo esfuerzo. Tampoco es raro ver volar al quebrantahuesos en medio de una nevada en busca de un esqueleto al que hincarle el pico.